Vitamina D: elemento esencial para la salud

La vitamina D es unos de los elementos más esenciales para tener buena salud.

Se conoce como vitamina y, sin embargo, es una pro-hormona esteroidea. Nuestro organismo la genera a partir del colesterol y necesitamos los rayos ultravioleta B del sol para poder producirla. También podemos obtenerla, en cantidades mínimas, de algunos alimentos.

Otro elemento esencial para poder producirla, es el azufre. La vitamina D que producimos, en principio es liposoluble, pero cuando hay azufre presente en buena cantidad, lo que producimos es sulfato de vitamina D3. En ese caso, se convierte en hidrosoluble, con lo cual se transporta mucho más fácilmente a través del organismo. Por lo tanto, necesitamos también un buen aporte de azufre para poder producir ese tipo de vitamina D más biodisponible.

¿Y por qué es tan importante la vitamina D?

La deficiencia de vitamina D afecta a muchos aspectos de nuestra salud, pues produce:

    • problemas en los huesos (dolor)
    • dificultad para digerir las grasas
    • favorece el sobrepeso
    • favorece la depresión, el decaimiento, especialmente la depresión estacional que ocurre en los meses de invierno, cuando hay menos luz

Cuando tenemos más de 50 años producimos menos cantidad de vitamina D y debemos aportar más o tener más presente la necesidad de esta vitamina.

Un síntoma que nos avisa de deficiencia de vitamina D es sudor en la cabeza.

La deficiencia de la vitamina D conlleva problemas como:

    • autismo
    • tuberculosis
    • osteoporosis

Influye potentemente en la epigenética, en más de 2000 de nuestros genes. La presencia o ausencia de vitamina D hace que determinadas enfermedades asociadas a los genes se manifiesten o no.

Un aporte suficiente de Vitamina D:

    • mejora el sistema inmunitario
    • reduce el riesgo de muchos cánceres hasta en un 67%
    • ayuda a combatir la gripe, los catarros, la neumonía, la tuberculosis

    • participa en la absorción del calcio: si no hay suficiente aporte de Vitamina D, el calcio que absorbemos de la dieta llega a un 10% o 15 %. En cambio, cuando hay un aporte suficiente de Vitamina D absorbemos hasta un 80% del calcio de la dieta

Es fundamental un buen aporte de Vitamina D para las mujeres embarazadas, pues su ausencia puede producir problemas en el bebé.

La Vitamina D:

    • es un potente antibiótico
    • aumenta los péptidos antimicrobianos
    • es muy necesaria en caso de septicemia
    • afecta en las pandemias de gripe
    • a los problemas de corazón cuando hay deficiencia
    • mejora y favorece la curación de la tuberculosis, del lupus, de la psoriasis
    • mejora la respuesta ante la inflamación, el eczema, el insomnio, la pérdida de audición, los dolores musculares, los problemas periodontales, al rendimiento deportivo y atlético, la degeneración macular relacionada con la edad, la miopía, la fertilidad, el asma, la fibrosis quística, las migrañas, la depresión, el alzheimer, la esquizofrenia, la obesidad y en los problemas relacionado con la edad

Ingerir 200 unidades de Vitamina D por kilo de peso al día, durante 3 días, disminuye enormemente la severidad y la duración de la gripe. Hay que tener presente que la ingesta de Vitamina D en forma de suplemento tiene sus riesgos, ya que el exceso se acumula en el organismo.

Para mantener buenos niveles de Vitamina D la mejor opción es a través del sol, del colesterol y, si hay suficiente azufre presente, mucho mejor.

Para poder producir Vitamina D a partir del sol es fundamental exponer una buena parte de la piel al sol durante unos 40 minutos al día, sin llegar a quemarse y sin ponerse protector solar en la piel. La mayoría de los protectores solares disminuyen la producción de Vitamina D hasta en un 99% y además no protegen de los Rayos UVA, que son los que favorecen los cánceres de piel y los problemas relacionados con la exposición excesiva al sol. La exposición al sol debe ser moderada y adecuada, sin llegar a quemarse. Cuando empieza a picar la piel debemos de retirarnos del sol en lugar de poner crema protectora en la piel.

Otra forma de aportar Vitamina D es a través de ciertos alimentos, por ejemplo el aceite de hígado de bacalao, los huevos, las carnes y el hígado de cualquier animal.

Si aportamos la vitamina D en forma de suplementos, debe ser vitamina D3, no vitamina D2, que es lo más habitual. Cuando se añade vitamina D a algunos alimentos, normalmente es D2 y esto es importante evitarlo. Cuando ingerimos D2 impedimos la conversión a hormonas que son fundamentales para nosotros y, además se desactivan los receptores de vitamina D, con lo que dejaríamos de absorber la Vitamina D3 que producimos en la piel a partir del sol.

Hay que monitorizar los niveles de Vitamina D cuando se ingiere a partir de suplementos. Cuando producimos Vitamina D a partir del sol, permanece en nuestro organismo entre 4 y 6 semanas. Sin embargo, cuando la ingerimos oralmente, puede quedarse en el organismo entre 4 y 6 meses y el exceso puede conllevar consecuencias nocivas importantes.

En definitiva, sería muy benficioso tomar el sol a diario con la piel libre de protector solar, en las horas de mayor radiación solar, durante un tiempo prudencial, al menos 40 minutos. Esto es lo que probablemente han hecho los seres humanos desde que poblamos la faz de la tierra.

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